Este jueves estrenaremos “El Barranco”. Al principio la escribí como una poesía con mi hijo a la sombra de un sauce en una casa de campo en Madrid. Más bien, fue un borbotón de letras que daban forma a un sentimiento en un momento difícil, y sólo hace un año la convertí en canción. Es, sin duda, una de mis letras más desnudas; si es que alguna está vestida.

¿Cuántas zarzas nos tatúan el cuerpo de heridas al caminar? ¿Cuántas cosas que nos pasan las cargamos en la mochila y ya nos acompañan en nuestro caminar? ¿Cuántas veces escondemos esos tatuajes para no ser pesados, o cansinos aunque sigamos viviendo con ellos, aunque algunas de las heridas sigan sangrando cada día? Nos vestimos de largo para ocultarlas, pero ahí están; dentro; a flor de piel, aunque el tiempo haya pasado. ¿Y, a veces, no os surge la rabia? ¿No se dan cuenta de que aquel día salté por un barranco?¿Que no ha pasado?¿Que no hay marcha atrás?¿Que todo sigue igual? ¿Que vivo en él?

Sí, El Barranco tiene mucho de soledad y de una rabia que no me permito casi nunca. Y también de obligada reflexión ante esa rabia: ¿Descuento yo el dolor de los demás?¿Lo apago para que no me comprometa ni me resuene?

Ahí va la letra y, el jueves, la canción:

“ Hace ya tiempo que caí por un barranco,

ya hace tiempo ya hace tanto,

y sigue vivo tan vivo, ¡tanto!

Muchos que lo vieron, piensan que fui bien hasta abajo,

que me hice daño, que me limpié y ya me he curado,

y levanté, y ya se ha pasado.

 

Me ves de día, voy de largo y ocultando,

tatuajes, que las zarzas han marcado,

por todo el cuerpo, y que no han curado.

Y cada noche, tú me ves engalanado,

zapatos limpios sin polvo del pasado,

y yo desnudo, siento el viento según bajo.

 

YO MIENTRAS TANTO, SIGO CAYENDO EN EL BARRANCO,

EN EL QUE VIVO, TODOS LOS DÍAS BOCA ABAJO,

Y A VECES SUBO, Y A VECES BAJO

 

Y tú caminas, por senderos, colina abajo.

Las mismas zarzas, al avanzar te hacen daño.

Y crees entonces que estoy contigo caminando.

Que entiendes todo, que tú has saltado.

 

Otros en cambio, saben bien de lo que hablo,

que hay unos pasos que una vez que los has dado,

ya no hay caminos, y es que han saltado,

de más arriba o de más abajo.

 

YO MIENTRAS TANTO, SIGO CAYENDO EN EL BARRANCO,

EN EL QUE VIVO, TODOS LOS DÍAS BOCA ABAJO,

Y A VECES SUBO, Y A VECES BAJO. ”

(Foto de Juanjo Otazu en expedición WOPeak a Chamlang)

© Mikel Renteria. Año 2019