Habíamos lanzado WOP formalmente en el evento en marzo de 2011. Estaba muy claro que la música iba a ser un elemento fundamental del proyecto. Ya habíamos comenzado con mis primeras canciones y las emocionantísimas colaboraciones. Y habíamos actuado como promotora de nuestro primer concierto en la sala BilboRock con Steve Wynn & The Miracle 3. Era el año 2011 y nos lo planteamos: ¿Por qué no hacemos un festival? Uno grande y especial. Uno para toda la familia; no sólo para alguno de los padres. Habíamos disfrutado de un festival alucinante en un pequeño pueblo navarro: Sos del Rey Católico. Queríamos hacer algo así… y más allá. Mucha calidad musical y técnica, ambiente especial, trato exquisito a los asistentes y a los artistas. Y queríamos que fuera el primer paso de una promotora profesional (WOP.Music) que perviviera por muchos años. Generaríamos actividad económica sostenible, empresa, empleo … y si lo hacíamos bien, beneficio, para dedicarlo a la lucha contra las enfermedades que nos habían rasgado el alma. Y además con algo que nos apasionaba y que había salvado mi alma: la música.

Le fuimos dando forma al proyecto y haciéndolo en nuestras mentes … muy grande. Más! Más! Reviso ahora los mails de aquel momento y me saltan las lágrimas de la emoción que se percibe en ellos. Era como estar “jugando” otra vez en el patio. Nada parecía inalcanzable. Veo cómo fuimos confeccionando la lista de artistas que querríamos que formaran parte del festival y veo que muchos de los que en aquel momento no pudieron ser, sí que lo fueron posteriormente a lo largo de los 10 años posteriores a aquellos momentos. Comencé a contar el proyecto a posibles sponsors privados. Y saltó la chispa que prendió el fuego de manera definitiva. La chispa fue una persona. Siempre son personas; nunca marcas o empresas. Después, detrás, vienen éstas. Hizo una apuesta por WOP y por el festival y ese fue el empujón final. El festival sería en Octubre de ese mismo año. EL 1 y 2 de Octubre. Teníamos tiempo de sobra, claro… era Junio. Jejejeje. Sólo había que organizar un festival con unos 12 artistas con presencia internacional, dos sedes, aforo para unas 3.500 personas cada día, actividades paralelas todo el fin de semana para toda la familia, comidas populares, sesiones de teatro, de magia de ….Y NO HABÍAMOS ORGANIZADO NUNCA NINGÚN FESTIVAL NI NADA SEMEJANTE. Sería de dos días completos y sería … en Durango. ¿Por qué éramos de Durango? No … que va. Ninguno de nosotros éramos de Durango, pero nos parecía una muy buena idea. “Empezaremos por Durango en Bizkaia y en unos años haremos un festival hermanado con Durango – México y Durango – USA”, como literalmente planteé, a lo que todos me siguieron el rollo.

Comenzamos a contactar con artistas, descubrimos el papel de las agencias, de los intermediarios de valor y de los intermediarios con más vergüenza que valor, descubrimos a los proveedores técnicos, de gastronomía, de infraestructuras, de todo y tanto de lo que no teníamos ni repajolera idea … No sé si alguno siquiera planteó lo que habría sido más razonable: “Igual mejor lo hacemos ya el año que viene y nos damos un año para organizarlo, ¿no? Porque..claro…entre que montamos el cartel, las actividades, conseguimos más patrocinio y…sobre todo empezamos a vender entradas y a hacer promo…. Que estamos en Junio y sólo tenemos 4 meses! Y no tenemos nada!”. Reviso los mails y veo que … no. Al menos nadie dejó nada por escrito al respecto probablemente por no quedar de gallina. No tengo ni idea de por qué tenía que ser ya, pero todos lo aceptamos como obvio. Aunque esa premura es algo que se ha seguido repitiendo tantas y tantas veces desde entonces que, lo que queda claro es … que nos va la marcha. Y hablo en plural porque en la jugada estábamos exactamente la actual Walk On Project Band acompañando a nuestra familia. Para nuestra vida en casa, esto era un chute diario de ilusión y locura en medio de la permanente tormenta. Las cenas, reuniones y el borboteo de bomberadas se repetían en casa y, Jon… de alguna manera era partícipe de todo ello en medio de su batalla. ¿Conseguiríamos llegar a Octubre?

© Mikel Renteria. Año 2021