La música. La música ha sido uno de los sustentos, uno de los hilos; de las cuerdas que, resonando en diferentes frecuencias según el momento de nuestra historia, nos han acompañado, impregnando y, a veces, en lo que me toca, me han llevado en brazos cuando las fuerzas flaquean. La música es una vía de comunicación privilegiada, que no conoce de barreras ni de idiomas, que hace sentir, vibrar, unirnos, llorar, transmitir lo que sentimos y compartirlo. Era el año 2011. El disco con mis primeras canciones iba tomando cuerpo. Y la fundación que habíamos creado había empezado a calar en la sociedad, desde la banda sonora de esas canciones. Tanto fue así en pocos meses, que el Parlamento Vasco nos convocó para nuestra comparecencia en una comisión con el objeto de que trasladáramos nuestras visión sobre las enfermedades poco comunes. Fue una comparecencia intensa y emotiva. Y… para nuestra enorme sorpresa y emoción, el ayuntamiento de Bilbao y las comparsas de fiestas decidieron que fuéramos la imagen de las fiestas de la ciudad (La Aste Nagusia) de ese año 2011. Nos hizo especial ilusión que las comparsas se pusieran de acuerdo en que WOP fuera la imagen de las fiestas porque trasladaba la transversalidad social de nuestro movimiento. Y nuestra misión de divulgación y creación de un caldo de cultivo favorable a la investigación se cumplía a través de una acción que suponía un altavoz tremendo.

Como colofón de esta presencia en las fiestas de Bilbao de 2011, tocamos las canciones que conformarían el primer disco, “2T”, en un concierto en el escenario de Abandoibarra, junto al Guggenheim, ante cerca de 10.000 personas que, en un ambiente sobrecogedor y emocionante, fueron escuchando nuestra historia y nuestras vivencias y sentimientos a través de las canciones.

En la cocina, habíamos comenzado a preparar la productora musical WOP.Music y nuestro primer festival, que se celebraría en pocos meses. Y en casa, la reconfiguración de nuestra vida continuaba. Una vida en la que se iba vislumbrando que nuestro foco vital y nuestra misión ya sólo era y sería una.

©Mikel Renteria. Año 2019